jueves, 16 de diciembre de 2010

EL SABER QUE EMANA DENTRO DEL SABER ENSEÑADO EN LA ORIENTACIÓN

UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
DOCTORADO EN EDUCACIÓN
ESTUDIO CRÍTICO DE LA EDUCACIÓN Y SU CURRÍCULO
DRA. MILAGROS THAIRY BRICEÑO

Valencia, 10 de Diciembre de 2010

EL SABER QUE EMANA DENTRO DEL SABER ENSEÑADO EN LA ORIENTACIÓN A PROPÓSITO DE LA TRANSPOSICIÓN DIDÁCTICA __________________________________________________________________ Por. MSc. América Belinda Cisneros Escalona

Distintos modelos de intervención que suponen modelos de organización representa a las diferentes disciplina de acción que se desarrollan en el sistema educativo; en la orientación se distinguen varios modelos que hacen posible su accionar. Castellano (1995), hace hincapié a que estos modelos nos servirán como marcos de referencia a la hora de diseñar planes de actuación. Por ello, me refiero a los modelos de intervención como estrategias para lograr los objetivos propuestos.

En éste sentido, en el marco de la orientación, podemos definir a propósito de los modelos de intervención, tres definiciones que son brevemente las siguientes:
• “Son estrategias fundamentadas que sirven de guía en el desarrollo del proceso de Orientación en su conjunto (planificación, puesta en práctica y evaluación) o en alguna de sus fases...”(Bisquerra, 1992: 177).
• “La representación de la realidad sobre la que hay que intervenir, y que va a influir en los propósitos, los métodos y los agentes de dicha intervención” (Rodríguez Espinar y otros, 1993).
• “Son una representación que refleja el diseño, la estructura y los componentes esenciales de un proceso de intervención” (Álvarez y Bisquerra, 1997: 23).

Sin embargo, para comprender de qué se trata, se debe conceptualizar la orientación, la cual es considerada un proceso consubstancial a la Educación desde el Siglo XX, mediante el cual el educando u orientando; toma conciencia de su condición humana y la asume, haciendo uso de sus recursos y potencialidades en la elaboración de sus planes y proyectos de vida para integrase responsable y creativamente en la relación con los demás, contribuyendo al desarrollo de la sociedad. Más concretamente, orientar es fundamentalmente asesorar, guiar, conducir, indicar de manera consecuente para ayudar a las personas a conocerse a sí mismo y al mundo que los rodea; es auxiliar a un individuo y permitirle clarificar la esencia de su vida, comprender que él es una unidad con significado capaz de y con derecho de usar su libertad, su dignidad personal dentro de un clima de igualdad de oportunidades; actuando en calidad de ciudadano responsable tanto de su actividad laboral como de su tiempo libre, tanto con él como con su entorno.

En relación a lo antes expuesto, es oportuno mencionar como lo ha señalado Rodríguez Diéguez (1990) en Orientación “los modelos están desempeñando la función de hacer más accesibles las construcciones teóricas mediante aproximaciones sistemáticas, así como la de seleccionar aquellos hechos de la realidad que, sometidos a investigación, pues a través de ellos se puede contribuir a la elaboración de teorías”.

Es así, como la Teoría de la Transposición Didáctica, planteada por Chevallard (1991), viene a ser relevante, por la definición que hace en relación a diferentes niveles del saber, encontrando así; el saber erudito (saber del sabio), el saber enseñar (saber expuesto en los planes, programas, libros) y el saber enseñado (el saber que se pone ciertamente en práctica). Y viene a ser relevante, justamente por traducir al observar el quehacer orientativo y los diferentes modelos de intervención un distanciamiento epistémico que marca debilidades curriculares en la implantación de la disciplina en el sistema educativo venezolano.

En éste sentido, es significativa la revisión de los diferentes modelos de orientación, no sin antes hacer referencia al trabajo de Bisquerra y Álvarez (1996), quienes han señalado recientemente que todavía es escasa la literatura sobre modelos de orientación y sus tipos, no obstante diversos autores han realizado propuestas de clasificación de los modelos de intervención en orientación, donde encontramos los siguientes según Ureta (1998), quien recogen la siguiente clasificación, empleando un criterio histórico de Rodríguez Monereo (1995), el cual distingue los siguientes modelos de orientación educativa y profesional.

Modelos históricos; el modelo de Orientación Vocacional de Frank Parsons (1980), y el modelo de Brewer que asimilaba la orientación y la educación
Modelos modernos de Orientación Educativa y profesional:
• La orientación entendida como clasificación y ayuda al ajuste o adaptación de Koos y Kefauver, (1932).
• La orientación como proceso clínico.
• La orientación como consejo proceso de ayuda para la toma de decisiones.
• La orientación como sistema metodológica ecléctico.
Modelos contemporáneos de Orientación, centrados en la institución escolar y en las organizaciones educativas.
• La orientación como un conjunto o constelación de servicios.
• La orientación como reconstrucción social.
• La orientación como acción intencional y diferenciada de la educación.
• La orientación facilitadora del desarrollo personal.
Modelos centrados en las necesidades sociales contemporáneas:
• La orientación como técnica consultiva o intervención indirecta.
• Las intervenciones primarias y secundarias: la teoría de la orientación activadora.
• Los Programas Integrales de Orientación preventiva.
• Orientación para la adquisición de las habilidades de vida.

En éste orden de ideas, es oportuno señalar que en los últimos tiempos se han venido experimentando cambios concretos y estructurales en torno a la cooperación de los agentes orientadores ( familia, escuela, adulto significativo), considerando que con el devenir del tiempo, el ámbito social, familiar, cultural, político, económico, educativo, por mencionar algunos de los más trascendentales, ya no son los mismos, por alguna razón. En consecuencia, no interactúan entre sí de la misma manera que en el pasado lo hacían, como evidentemente se puede comprobar en el convivir familiar, en los compromisos profesionales, académicos, dentro de la sociedad mundial y en especial en la Educación actual de la República Bolivariana de Venezuela.

Esto, sin duda, ha producido un descontrol que genera caos permanente, el cual se traduce en crisis generalizada evidenciada a diario en prensa u otros medios, por expertos de diversas áreas académicas y profesionales; haciendo más relevante la intervención del orientador y en consecuencia, la modelización del saber en la transposición didáctica, que le permita atender al orientando de la sociedad actual.
Por ello urge señalar que para la Teoría de la Transposición Didáctica, planteada por Chevallard (1991), el sistema de enseñanza puede envejecer, y este envejecimiento puede darse en dos sentidos: uno respecto al avance científico (envejecimiento biológico) y otro, respecto a los cambios sociales (envejecimiento moral). En consecuencia, si parte del análisis del sistema didáctico, lo representa una relación ternaria entre los docentes, los alumnos y el saber (que se enseña); valdría la pena observar que está produciendo el orientador para atender a las necesidades más urgentes del currículo venezolano, pues sin duda, puedo afirmar que está diseñando, muchas veces sin darse cuenta el saber a enseñar, pero para poder identificarlo con las exigencia curriculares de dicho saber , hace falta conceptualizar el saber que fluye del saber enseñado en el proceso orientativo, enriqueciendo la Teoría de la Transposición didáctica desde la orientación. En tal sentido, es propio señalar que en la modelización de los saberes se da un proceso de adaptación, que supone la delimitación de conocimientos parciales, la descontextualización y finalmente una despersonalización.

Ahora bien, desde una mirada positiva a las transformaciones en torno a la educación, se ha de considerar posturas actualizadas atendidas desde las ciencias sociales, así como el trabajo que al respecto dentro de los avances curriculares han desarrollado investigadores en el área, en diversas universidades nacionales e internacionales, a manera de crear alternativas que actualizan a los modelos de orientación implantados en el país y en el mundo. Y señalo lo antes expuesto, por la importancia que tiene nuestra opinión y nuestro aporte intelectual, siendo representantes de una de las casas de estudios más prestigiosas de la República Bolivariana de Venezuela.

En éste sentido, considero oportuno nuevamente destacar el trabajo de Morín (2001), puesto que aun cuando hace destacar el aspecto complejo y los márgenes de error e ilusión, vislumbra alternativas de comprensión explicando lo global y multidimensional de lo educativo. Así mismo Habermas (1989), puesto que entre otras alternativas teóricas, sostiene que el conocimiento surge de los intereses que los seres humanos tienen de producirlo y crea la teoría de los intereses constitutivos del conocimiento y la actividad humana; así la Teoría de la Acción Comunicativa para poder establecer en alternativas que ajuste cambios en los rediseños curriculares, específicamente en la Orientación.

Ahora bien, para adentrándonos en las Actualizaciones Curriculares en América Latina y en nuestro país, es necesario una vez más tener presente que las transformaciones en todos las áreas en el mundo han afectado al sistema educativo, hecho que se observa a su vez en América Latina; y por supuesto, nuestro país no escapa de ello, por eso en las sociedades de éstos tiempos se vislumbra una cultura interconectada global, fundamentada en procesos de producciones cibernéticas, crecimiento inmensurable de redes electrónicas, trabajo en equipo centrado en el cliente, trabajo de orden comunitario y vertiginosa producción de conocimiento. Sin embargo, se ha observado a su vez un deterioro en el ambiente, por lo que se han considerado posturas de orden ecológico; así mismo se evidencia incremento de necesidades y deficiencias sociales, en especial en los países sub desarrollados como el nuestro, originando una urgente demanda de los replanteamientos de concepciones y prácticas educativas; en consecuencia, el currículo como operacionalizador de las políticas educativas se redimensiona constantemente y vemos alternativas que enlazan las exigencias de los empleadores con el perfil profesional centrado en competencia; características que señala Magendzo (1996); las cuales están relacionadas con: saber aprender: habilidades para descubrir y aprender por sí mismos, saber leer, escribir y usar la tecnología del computador, saber escuchar y comunicar ideas, tener pensamiento creativo y capacidad para solucionar problemas, tener alta autoestima, motivación y orientación al autodesarrollo, ser capaz de interrelacionarse con los demás e internalizar la necesidad de ser eficientes y de asumir roles de liderazgo.

En éste orden de ideas, y desde esta realidad, la UNESCO ha realizado diversas reuniones para dar pautas y principios a seguir por diferentes instituciones generalmente de orden universitario para establecer estrategias que responda a tales demandas. Así mismo, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) organismo internacional de carácter gubernamental para la cooperación entre los países iberoamericanos en el campo de la educación, la ciencia, la tecnología y la cultura en el contexto del desarrollo integral, la democracia y la integración regional, ha emanado lineamientos en torno al currículo que son oportunos conocer para tener claro de que se trata, ya que dan guía a seguir en las actualizaciones curriculares.

Así, en el escenario nacionales, movimientos entre los investigadores educativos han derivado una serie de propuestas de modelos de evaluación curricular centrados en el enfoque sistémico, entre los que destacan, la Evaluación curricular: aproximación a un modelo, Castro (1984); Modelo del Enfoque Sistémico para el Rediseño Curricular en Educación Superior (ESDICES), Sánchez y Jaimes (1985); Modelo VI-LUZ”90, un modelo comprehensivo para el diseño y la evaluación curricular, Vilchez (1991); entre otros. Estos modelos han sufrido adaptaciones en función de los requerimientos emergentes y se aplican en la actualidad en las instituciones de educación superior del país con resultados favorables, respondiendo a los principios de pertinencia y compromiso social, integralidad, modernización-actualización, calidad, equidad y tecno-curricular, establecidos por la Comisión Nacional de Currículum Venezolana en 1997.
Sin embargo, al respecto debo señalar que la intención no basta, hace falta atender todos los niveles, modalidades y disciplinas a manera de responder eficientemente a las necesidades más urgentes de la educación, donde el proceso de orientación es clave y fundamental en el trabajo de socialización de implantación de evaluación y de rediseño de la estructura curricular del sistema educativo.

Finalmente, una vez más hago referencia al distanciamiento epistémico y considero oportuno hacer revisiones teórica en el saber a enseñar dentro de la transposición didáctica, para atender a un saber enseñado desligado totalmente del saber científico y muchas veces dando rasgos de banalización del saber que conlleva a un deterioro educativo, curricular y en consecuencia social de un país que lo que intenta pedir a gritos es orientación.


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