lunes, 6 de diciembre de 2010

LA ARQUITECTURA DE LA COMPLEJIDAD CURRICULAR

LA ARQUITECTURA DE LA COMPLEJIDAD CURRICULAR


Msc. Servanda González.

C.I.: V-3.481.749


La tarea de descubrir algunas de las trayectorias de las currículas, establece fuertes conexiones entre sí: en primer lugar la relación de las trayectorias con la complejidad descrita por Edgar Morín y en segundo lugar las ideas científicas y algunos resultados que se transforman cuando ingresan en la interpretación Moriniana del mundo, de la vida, del hombre y la concepción compleja del conocimiento del modo en que se aprehende, interpreta, piensa y transforma los conceptos científicos de las trayectorias para ponerlos al servicio de la arquitecturas del pensamiento complejo al estudiar al hombre que está detrás y en el interior de tales trayectorias.

Al hablar de las trayectorias Prigogine, señala que a partir de trazo de historia el conocimiento científico, las ideas y los mismos conceptos devienen de incierto y de posiciones borrosas.

En suma tiene lugar una crisis de la representación y del conocimiento de la realidad. Morín lo dice de manera contundente “nadie puede fundarse hoy día en su aspiración de conocimientos, en una evidencia indudable o en un saber definitivamente verificado. Nadie puede edificar su pensamiento sobre una roca de certidumbre”.

Pocos escapan al empuje de la incertidumbre, pocos saberes emergen de la contradicción y el desorden lo cual acontece en la rigurosidad de los fenómenos que los explican y en la certeza de los calificativos manifiesto en la crisis de saberes forjados en el interior de las exigencias implícitas en la revolución curricular.

Así tomaron significación la ignorancia, la duda, la certidumbre, la incertidumbre, el espíritu reductor, la conciencia, la interiorización de la intolerancia, la dialógica y la impredecibilidad a corto, mediano y a largo plazo.

Esta significación ontológica renueva o reconoce y comprende la emergencia de la contradicción y precariedad de las verdades constituyendo por un lado un paradigma de simplicidad, disyunción y reducción curricular y por el otro la aparición de lo que implica la complejidad en el escenario de la estructura misma del pensamiento individual y en sociedad del hombre, concluyendo en lo funcional y objetivo de las competencias y principios que dan explicación a lo que he dado en llamar arquitectura curricular.

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